lunes, 23 de abril de 2018

SALUD Y VITAMINAS


El viernes 20 de abril despegó de Barajas el avión rumbo Kathmandu en el que iba nuestro equipo: Carmen, Carolina y Paco, con petates y sacas cargadas de todo lo que Marisol había ido clasificando de todos nuestros colaboradores y donantes.

Tras sacar, meter, cambiar, probar en diferentes sitios y organizar equipajes, hemos conseguido llevar 50 kg de medicinas y material médico-sanitario para la misión que vamos a desarrollar en los colegios y orfanatos con los que colabora la Asociación de Medicina de Montaña José Ramón Morandeira CUEMUM.



El sábado, festivo en Nepal, a pesar del cansancio, los efectos del jet lag y asimilar todas las emociones que nos embargan cada vez que llegamos a Kathmandu, había que ponerse manos a la obra. Un día intenso desde las 10:15 que aterrizó el avión: visado, recuperar equipajes, aduana, instalarse en el hotel, llamadas a los coordinadores de los centros -que ya estaban avisados, pero en Nepal siempre hay que volver a confirmar porque siempre hay cambios de última hora-, reunión con Ang -nuestro guía del Tsum Valley- para tramitar los permisos de trekking y las entradas a los parques naturales por los que pasaremos, reunión con Netra -de Creative Nepal-... eran las once de la noche y el día no había terminado. Paco y las chicas llevaban casi 48 horas en danza.




El domingo 22, desde primera hora, se han hecho las revisiones médicas de los pequeños del orfanato Balmandir en Kathmandú, con el que colaboramos CREATIVE NEPAL, Ruta 6 y CUEMUM.




Mientras Carmen y Carolina van haciendo las revisiones médicas con la ayuda de la enfermera del orfanato, Paco se va con Netra y algunas de las cuidadoras a comprar al mercado central del barrio. 









Este año hay veinte niños más en Balmandir. En total son 92 criaturas de todas las edades: 12 bebés, 20 menores de 3 años y 60 mayores de tres. Más bebés y pequeñines que en años anteriores. Las estufas de butano en la zona de juegos ponen los pelos de punta, pero es lo que hay.



Paco regatea en el mercado con ayuda de Netra. Es todo un espectáculo de colores, formas, olores y variedad de productos. Paco compra fruta, verdura, cereales y zumos para los niños del orfanato.


















Los niños corren detrás de Paco en cuanto lo ven aparecer; ya lo conocen, es "el hombre de los globos", pero también el de las gorras, los lápices, los cepillos de dientes y los balones.... y este año también se gana el título honorífico de ¡¡ "el hombre de la fruta" !!


¡Comer fruta es una fiesta para ellos! ¡Es como aquí cuando llegas con chocolatinas a la salida del cole, pero mejor claro! Fruta madura, de temporada, que les aporta vitaminas y minerales que tanta falta les hace y que, además, les encanta. Da gusto ver con qué ilusión y alegría reciben la llegada de las cestas de fruta, porque son pocos los días que tienen la oportunidad de comerla.

 





















Un día intenso, como todos los que la Asociación pasa en Nepal llevando MONTAÑAS DE ILUSIÓN a los niños más desfavorecidos y a las poblaciones de los valles de montaña más alejados. Ilusión en forma de fruta, de regalos, de reconocimientos médicos, de medicinas, de interés por ellos, de juegos, de amor y de salud.



Al volver al hotel, cansados, sucios, sudados, todavía con las voces de los niños en la cabeza, rodeados del bullicio de Thamel, la satisfacción nos invade. Llevar a los niños de Balmandir la aportación de cada uno de nuestros socios, de los donantes que nos ayudáis a hacer realidad los modestos objetivos que nos planteamos, es tanto o más reconfortante que la ducha que vamos a darnos y el "vegetable & chicken rice" que vamos a cenar. En cualquier caso, acabamos de empezar y nos quedan por delante cuatro intensas semanas.









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