domingo, 19 de marzo de 2017

LA ODISEA 2.0

Cualquier iniciativa solidaria requiere un esfuerzo importante, más aún en un país extranjero y mucho más si se lleva a cabo en medio difícil, aislado y hostil, como lo son las montañas de Nepal.

A pesar de estar todo preparado y "atado" con antelación, los suplementos nutricionales no llegaron cuando estaba previsto, el Ministro de Defensa anuló el helicóptero que estaba comprometido para llevar la ayuda prevista al Centro Médico de Chokamparo y al colegio de Lar, la compañía EASY HELI (antes HELI EVEREST) aprovechó la coyuntura para lucrarse convenientemente, la nieve y el mal tiempo nos bloquearon a 3.300 metros, no había mulas ni porteadores para bajar dadas las condiciones Así que hemos tenido que solucionar los problemas uno a uno, día a día o, como dice Cholo Simeone, "partido a partido".



En Nepal es todo complicado; aunque tampoco más que en cualquier otro país con pobreza extrema y escasas infraestructuras. Si hemos salido adelante, ha sido porque no nos hemos rendido y hemos llamado a todas las puertas y recurrido a más de una artimaña, hasta encontrar una salida a cada uno de los muros que se nos han puesto por delante, lo que nos ha permitido:


EN EL TSUM VALLEY
- Prestar asistencia sanitaria entre Lar y Pangdun
- Entregar medicinas y un tocoecocardiógrafo en el Health Post de Lar
- Entregar medicinas y equipamiento médico por valor de 4.000 euros en el Health Post de Chokamparo
- Entregar 60 kgs de telas a las familias de Lar
- Entregar material escolar y equipamientos deportivos a los 32  niños del colegio de Lar
- Pagar el traslado en helicóptero a Kathmandu a cuatro personas que tenían que ser atendidas en el hospital


EN EL ORFANATO DE BAL MANDIR
- Hacer el seguimiento médico de los bebés
- Dar tratamiento a los niños enfermos
- Llevar al hospital de corazón a dos niñas con problemas cardiacos para exámenes complementarios
- Entregar pañales, arroz, lentejas, leches maternizadas, material escolar, uniformes, medicinas y fruta fresca para 75 niños






Con los vientos a favor, hubiéramos hecho más y mejor. Dado el contexto en que nos hemos movido, consideramos los resultados bastante buenos. A Ulises le costó diez años volver a Ítaca, pero lo consiguió.

Amparo, Jean Paul y Paco "han remado" a mi lado para solucionar cada uno de los problemas que se han presentado estos días. Mikel, Isabel y Marisol, también han arrimado el hombro. Ang y Tsering movieron hilos para reclutar a cuatro porteadores entre sus amigos y familiares. Al final, como dice Ifeanyi Onuoha,  “El trabajo en equipo es el secreto que hace que la gente común logre resultados poco comunes.” 



miércoles, 8 de marzo de 2017

MUCHO CORAZÓN

Martes 8 de marzo de 2017

No parece que avancemos demasiado en lo de conseguir un helicóptero para subir a Tsum Valley el equipamiento del centro médico. Ahora está la pelota en el tejado del Ministerio de Sanidad. Seguimos en la "casa de los locos de Astérix y Obelix en las doce pruebas". Si mañana no ha llegado una solución, contrataremos un helicóptero privado; pero nos quedaremos sin dinero para cubrir otras necesidades urgentes.

Siendo que estamos todavía en Kathmandú, hemos aprovechado para llevar a dos niñas de Bal Mandir al cardiólogo, en el Hospital Gangalal: Aayuska de 5 meses y Gagana de 10. Aquí nos gustaría ver a los usuarios de la Sanidad Española que se quejan de lo que tenemos. Sin entrar en demasiados detalles, hemos echado cinco horas para que hicieran -previo pago, claro- una radiografía, un electrocardiograma y un ecocardiograma a cada una de las niñas.





La cardióloga nos ha explicado con todo detalle las imágenes y mediciones que iba haciendo en el ecocardiograma. Las niñas van mejor, aunque habrá que seguir controlando la evolución.



Miércoles 9 de marzo de 2017

Toda la mañana para cerrar el precio del helicóptero, que nos costará un ojo de la cara. En cualquier caso, es imprescindible para subir las medicinas, los aparatos y el mobiliario para el Centro Médico de Chokamparo y todo el equipamiento para el colegio de Lar. Nos quedamos con lo positivo y vamos a no enrocarnos en lamentarnos de la burocracia nepalesa, las tasas que os cobran por todo, el poco dinero que nos queda para comprar pupitres para el colegio de Thuman o para apadrinar a los niños.

En cualquier caso, hemos de agradecer a Mikel de Asian Adventure & Treks, un vasco afincado en Nepal hace más de veinte años, todo el tiempo que nos dedica para allanarnos el camino y ayudarnos incondicionalmente.



Hemos vaciado los bidones, que no son lo ideal para transportar carga en el helicóptero y hemos distribuido todo en sacos. La empresa de material para hospitales nos lleva directamente al aeropuerto las camas y la camilla de partos y el resto del pedido. Veremos si conseguimos que entre todo en el helicóptero. Organizar las bolsas botiquín han tenido entretenida a Amparo, nuestra enfermera CUEMUM, casi todo el día.



Despegamos mañana hacia el Tsum Valley, si nos dan el permiso de vuelo para entrar en área restringida, si no hace malo, si no se estropea el aparato, si Dios quiere y los políticos no lo impiden.


martes, 7 de marzo de 2017

CINCO PIEZAS DE FRUTA AL DIA Y ALGO DE MEDITACIÓN

Lunes 6 marzo de 2017

La mañana se nos ha pasado en preparar papeles, gestiones y paseos por los despachos ministeriales. A pesar de las dificultades que estamos teniendo para conseguir el helicóptero, aprovechamos el tiempo abordando otros frentes.

Hemos "negociado" la compra de un carrito de fruta para los niños de Bal Mandir. En Thamel no daban crédito cuando nos han visto cargar en el taxi unos 100 kg de manzanas, naranjas, uvas, mangos y bananas. Los niños se han alegrado un montón de vernos en la cocina con tanta fruta. Les encanta y no comen mucha porque es cara para el orfanato.




El desembarco en el orfanato con toda la fruta fue una fiesta para todos. En un momento estaba colocada en la cocina y todos querían hacerse fotos. Aprovechamos también para dejar el glutaferro para los niños con anemia y programar la visita al cardiólogo de las dos niñas que identificamos con problemas en la revisión médica del sábado.










Por la noche, nos acercamos Boudhanath. Es una de las estupas más grandes de Nepal y representa el mandala. Este santuario de la religión budista está en la ruta comercial que iba del Tibet a la India. Durante siglos, los comerciantes tibetanos paraban a rezar y descansar en este lugar. Tras la invasión china del Tíbet, muchos refugiados se instalaron en los alrededores de esta estupa, lo que también ha favorecido que se hayan construido más de 50 monasterios o gompas en sus alrededores. En 1979, Boudhanath fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.



El 27 de febrero comenzó el año nuevo tibetano: LOSAR TASHI DELEK.  El 2144 es el año de la mujer, el fuego y el pájaro. Durante 15 días se celebra esta fiesta. La estupa, que hace poco ha terminado de restaurarse tras los daños sufridos por los terremotos, está especialmente preciosa en esta época del año: luces, banderas, incienso, multitud de personas rezando alrededor de la estupa y girando los molinos de oración,  nos han sobrecogido.




NADIE DIJO QUE FUERA FÁCIL


Katmandú sigue inmersa en su caos habitual. Cierto que en los últimos años, no se ve basura en las calles, que casi no hay apagones de luz y que se han mejorado los abastecimientos de agua. Por otro lado, el tráfico, el polvo, la polución y las aglomeraciones, van a peor.



La cuestión burocrática es para nota. De nada han servido todas las gestiones realizadas desde hace cuatro meses para disponer de un helicóptero militar que subiera al Tsum Valley las medicinas, el equipamiento del centro médico, la ropa y el material escolar. El mes pasado habían dado un SÍ (verbal) a nuestro enlace con el Ministerio, pero ayer no parecía estar tan claro y hemos re-iniciado de nuevo todas las gestiones.

Ayer (los domingos son días laborables en Nepal) pudimos sacar los permisos de trekking y entrada al área protegida del Tsum Valley, necesarios para desplazarnos, pero también para tener el visto bueno para el susodicho helicóptero. Pasamos horas en el Ministerio de Defensa, que terminó de nuevo pidiendo una lista interminable de papeles y facturas que debemos presentar mañana. Así que la mañana de hoy la hemos dedicado a "preparar papeles".

Krishna y Bickey son dos nepaleses que han trabajado con ONGs. Conocen bien las muchas necesidades que tienen los habitantes de Nepal y se desesperan con los trámites y pegas que siempre surgen desde las administraciones públicas cuando viene ayuda de otro país. Nos están ayudando mucho y la paciencia que empeñan es admirable.



El asunto del helicóptero no es el único problema que tenemos. Los trámites administrativos no acaban nunca, siempre hay algún papel más que presentar, un último trámite que abordar. Por esto mismo, no hemos recibido los 400 kg de suplementos nutricionales que vienen de la India, Plumpy'Nut y Plumpy'Sup, que llevan semanas "en camino".

La tarde la pasamos en un almacén de material médico "quasi virtual", ya que tenía todo el género embalado y se elegía todo por catálogo. Hemos encargado para el Centro Médico de Chokamparo todo lo que nos enviaron en la lista: dos camas de hospital, una mesa de partos, armario médico, taburetes, contenedores, bateas, báscula y tallímetro infantil, filtro de agua, etc. Ahora, todo depende de si tenemos helicóptero o no para subir la carga.










Este año, que habíamos podido despachar el cargo en la aduana con antelación a nuestra llegada, se complican las cosas por otro lado. Nadie dijo que fuera a ser fácil, así que ni nos rendimos, ni nos desesperamos. Vamos haciendo gestiones, pero cuantos más días nos entretengan en Kathmandú, menos días estaremos en la montaña, que es donde nos necesitan.

domingo, 5 de marzo de 2017

ILUSIÓN DESBORDADA Y TRISTEZA CONTENIDA


De nuevo, Nepal. Kathmandu y su bullicio. Este año con unos niveles de polvo y contaminación extremos. No parece que hayan cambiado mucho las cosas desde el pasado mes de junio.
















Tenemos pocos días y mucho que hacer. Al llegar, revisamos el cargo aéreo que ya ha sido retirado de la aduana y preparamos lo que vamos a llevar a Bal Mandir al día siguiente.

El orfanato de Bal Mandir es el más grande de Kathmandu. También se conoce como Nepal Children Organisation.  El edificio, magnífico en tamaño y aspecto, estaba muy deteriorado ya antes de los terremotos de 2015. Fue legado por la última reina de Nepal. Tiene tres patios interiores, un jardín grande amurallado y un paseo delantero donde cabría casi un campo de fútbol.



Tras los terremotos, se ha tenido que desalojar y los 300 niños han tenido que ser alojados en otros edificios colindantes. En este recinto, antigua residencia del Primer Ministro, ahora se alojan sólo 78 huérfanos: 9 bebés (entre 24 días y 18 meses), 26 pequeños (entre 18 meses y 4 años) y 43 niños entre 5 y 11 años.

Estuvimos el sábado 4 de marzo para hacer entrega de:
   * pañales
   * arroz y lentejas
   * material escolar
   * medicinas
   * cepillos de dientes
   * leche maternizada en polvo
   * camisas de uniforme

Los niños se arremolinaron en cuanto empezamos a descargar las bolsas en el patio del módulo de bebés. Ni con un agente del orden público como Paco Valero, pudimos llegar a controlarlos. A pesar de todas las carencias, sobre todo de mimos, son unos niños felices. Las cuidadoras se ocupan de ellos, pero son pocas para todos los que son; tienen ropa y comida, pero van sucios y algunos están desnutridos; van al colegio, pero afrontan la vida sin una familia.



Por la tarde examinamos a los más pequeños:  talla, peso, auscultación, palpación abdominal y examen de genitales, tono, reflejos, habilidades adquiridas, además de identificar a los niños desnutridos, midiendo el perímetro braquial, y las anemias con el HEMOCUE prestado por el Hospital Gregorio Marañón de Madrid.




Sanskrit, una de las enfermeras del centro, estuvo con nosotros toda la tarde, colaborando codo con codo con nosotros, anotando todo en la historia médica de cada niño, así como los tratamientos prescritos para los que lo precisaban.



Después de un día en Bal Mandir, se vuelve con sensaciones agridulces, tristeza por las historias de vida de estos niños, por su situación de desamparo afectivo; aunque también satisfacción por saber que tienen un techo y un plato, de que se están evitando los riesgos de la calle y de que podemos mejorar su estado de salud.



La alegría con la que reciben el más pequeño detalle, el entusiasmo con el que te abrazan, las ganas de interactuar, son un aliciente para superar todas las dificultades que se nos presentan cada vez que venimos en misión de ayuda humanitaria. Sin embargo, la impotencia de no poder hacer más en lo material y de no poder garantizarles una situación mejor en la esfera afectiva, nos sume en una impotencia manifiesta.



TRAS LOS PASOS DEL Dr. JOSÉ RAMÓN MORANDEIRA



Era un mes de marzo de 1980 cuando la primera expedición aragonesa al Himalaya aterrizaba en Nepal para dirigirse al Baruntse. Una cima de 7.220 m. que hasta entonces sólo había alcanzado una expedición de Edmund Hillary en 1954 por la arista sur. Después lo intentaron los franceses y los japoneses en 1964, sin éxito.

El grupo formado por Pepe Díaz, José Manuel Blanchard, Gonzalo Prado, Javier Escartín, Lorenzo Ortas, Jerónimo López, Carlos Buhler y José Ramón Morandeira componían esta primera expedición aragonesa al Himalaya organizada para conmemorar el cincuenta aniversario del club zaragozano Montañeros de Aragón. El 27 de abril cuatro de ellos hicieron cima después de abrir una nueva vía, “la de los aragoneses”, por la arista este. 




El médico de esa expedición fue un joven doctor José Ramón Morandeira que alcanzó el Baruntse Shar, de 6.200 metros, junto con Blanchard y Pasang Sherpa. Pero los logros deportivos no eran una prioridad en su vida, a pesar de los reconocimientos y condecoraciones que recibió por ellos. José Ramón Morandeira fue un enamorado de la montaña, pero también de los montañeses. Sus fotos de aquella expedición revelan un Himalaya del Nepal que causó un gran impacto en lo más profundo de su ser, hace ahora treinta y siete años.



Siempre se preocupó por atender a los que vivían en aquellos valles por donde transitaban las marchas de aproximación a los campos base de las grandes montañas. Para mi fue un orgullo poder ayudarle como médico en las expediciones al Himalaya que compartimos y en las que tratamos a cientos de personas que carecían de lo más básico. José Ramón entendía, y así lo manifestaba y demostraba, que los montañeros aragoneses tenemos un deber para con los montañeses de Nepal. Este interés y esta inquietud mueven los proyectos que tiene en Nepal la Asociación de Medicina de Montaña José Ramón Morandeira, para los que siempre tenemos el apoyo de la Federación Aragonesa de Montañismo.


La Asociación se creó para conservar y aumentar el legado del Dr. Morandeira en Medicina de Montaña, abarcando aspectos de prevención, formación (de usuarios y profesionales de la montaña), asesoramiento médico, investigación, seguridad, cooperación para el desarrollo y colaboración internacional.

Tras los terremotos de 2015, la asistencia médica y cooperación para el desarrollo la hemos centralizado en zonas de montaña alejadas del tráfico rodado, donde la ayuda que llega es escasa o nula. Para las misiones humanitarias en estos valles de montaña necesitamos:

-      *Médicos y enfermeros CUEMUM (Cursos Universitarios de Especialización en Medicina de Urgencia en Montaña) que ahora se forman en la Universidad Camilo José Cela (UCJC): http://tassica.com/index.php/oferta-formativa
-              *Soporte económico para la estancia de los voluntarios.
-             *Medicinas y material médico, equipamientos agrícolas, material escolar, suplementos nutricionales.
-      *Dinero para el transporte de la mercancía hasta los valles de montaña (10 euros/kg desde que recibimos las donaciones aquí hasta que los colocamos en destino).
-       -     *Patrocinadores para la educación de los niños y jóvenes.


Las dificultades son muchas, pero conseguimos seguir adelante. Contamos con dos convenios de colaboración con Fundaciones de Nepal, el reconocimiento del Cónsul de Nepal en España, D. Lluís Belvís, y de la Cónsul de España en Nepal, Mrs. Ambica Shrestha, a quien entregamos en 2016 la insignia de plata CUEMUM-JR Morandeira por su inestimable colaboración y compromiso. 




El 3 de marzo llegamos a Kathmandu con 700 kg de material para equipar el centro médico de Chhokang Paro y el colegio de Lhar, prestar asistencia médica y hacer educación para la salud. Somos un cirujano, una médico CUEMUM, una enfermera CUEMUM y un guía de alta montaña especialista de rescate de la Guardia Civil, los que nos desplazaremos entre los 2.350 de Chumling y los 3.700 metros de Mu Gompa llevando el espíritu del Dr. José Ramón Morandeira a los montañeses del Himalaya.




Llevamos muchos kilos de ayuda y mucho ánimo, pero también necesitamos poder comprar en Kathmandu una báscula pesa-bebés, una camilla para partos, una estufa calienta-bebés, los armarios para la consulta, suplementos nutricionales para los niños desnutridos que hemos detectado, un potabilizador de agua y pagar el helicopter que suba la carga. Para ello, esperamos contar con la ayuda económica de los montañeros y los montañeses de Aragón que quieran ser solidarios con el Tsum Valley y colaborar en el desarrollo sostenible de la población tibetana que en él habita.  


viernes, 3 de marzo de 2017

RESCATE EN EL TOUBKAL



Dentro de la programación del Máster de Medicina de Urgencia en Montaña y Medios Inhóspitos (MUMMI) de la Universidad Camilo José Cela (UCJC), se ha realizado un taller dedicado a la Medicina de Expediciones en Marruecos, en la cordillera del Atlas, la última semana de febrero .

En este taller han participado los dos directores del citado máster y dieciocho alumnos. Se contó con la colaboración docente de dos instructores del Centro de Adiestramientos Especiales en Montaña (CAEM) de la Guardia Civil y un Especialista de Rescate en Montaña, actualmente en la reserva.



El sábado 25 de febrero los médicos y enfermeros del Master MUMMI junto con efectivos de la Guardia Civil de montaña ascendían con técnicas específicas de movimiento en nieve, crampones, piolet y esquís al Monte Toubkal, de 4.167m de altitud, el más alto de la cordillera del Atlas y de Marruecos. Acompañaban al grupo el Teniente Saidi y el Gendarme Salama, de la Gendarmerie Royale de Marruecos.

Esa misma mañana, una pareja de suizos –Katherina Fischer y su novio- ascendían por delante del grupo español. A las 10:30 am esta pareja llegó al collado Tizi, a 3.980 metros, se acercaron hasta el borde para hacerse una foto y se desplomó la cornisa que esos días se había formado. El novio de Katherina pudo sujetarse y fue ayudado a subir por un guía marroquí que estaba también en el collado, pero Katherina calló por el corredor que hay al otro lado del collado.




El ascenso al Toubkal no conlleva una gran dificultad técnica, más allá del problema que supone la altitud y la nieve de la temporada en la que nos encontramos, que requiere del conocimiento de técnicas de progresión en montaña invernal. A pie del refugio hay ahora mismo 1 metro y 60 cm de nieve acumulada. El grupo del MUMMI recibió el aviso del accidente cuando estaban llegando al citado collado, a 180 metros de la cumbre de esta montaña.

Los dos instructores del CAEM de la Guardia Civil -los cabos Alvarez y Arroyo-, junto con los expedicionarios del MUMMI se ocuparon rápidamente de organizar un rescate desde el mismo collado, con medios de circunstancias y de "acordonar" la zona peligrosa con una barricada de esquís.



La  situación no era fácil. Había que descender con cuerdas  ya que la vertiente sur del collado tiene una inclinación de 45 grados, con resaltes verticales de entre 20 y 60 metros. Se instalaron las cuerdas que llevaba el grupo de la UCJC y una más que prestó un grupo de ingleses que estaba también en la zona. Los españoles iban equipados con casco, arnés, crampones y piolets.



El equipo formado por 4 españoles, un guía checo y otro marroquí presentes en el escenario, hicieron varios rápeles, buscando a Katherina. El equipo de españoles preparó un arnés de circunstancias para que el guía marroquí pudiera bajar con seguridad, ya que pretendía destrepar sin ningún dispositivo de seguridad. Un tercer enfermero se quedó en la canal al final del primer rápel –haciendo de enlace entre la radio de los que bajaban y la radio del collado- y varios médicos  del Master MUMMI permanecían en el collado a la espera de saber si Katherina era localizada con vida. Los sanitarios y la Guardia Civil iban preparados con material suficiente como para pasar la noche con la accidentada, montar un punto caliente y administrar la analgesia suficiente a la accidentada.

El descenso era complicado y peligroso, dada la inclinación del corredor, la cantidad de nieve y el escaso material disponible para equipar tantos metros de recorrido. La progresión la realizaban sobre unos 20 cm de nieve recién caída, que se desprendía con facilidad, sobre una capa de hielo y nieve dura, de cara a la pendiente, con crampones y dos piolets. Las cuerdas permitieron salvar los primeros resaltes y seguir el rastro de la nieve que había caído desde la cornisa del collado.

Descendieron cerca de 600 metros por el corredor -todo lo que permitieron las cuerdas disponibles- desde donde los Guardias Civiles llamaron por teléfono satelital al Agregado Militar español en Rabat, dándole las coordenadas GPS del punto hasta donde habían podido llegar, así como la dirección en la que la mujer podía encontrarse, a la vista del depósito de nieve. Esta información fue decisiva al día siguiente para localizar a la montañera suiza.

La dirección del máster estaba en contacto desde el collado Tizi, por medio de los radiotransmisores de la organización, tanto con los rescatadores como con la Gendarmerie Royale, pendientes del rescate, supervisando los anclajes del rápel de circunstancias y vigilando la zona, ante el riesgo real de coladas de fusión que estaban cayendo en los aledaños del corredor, que podían barrer a los Guardias, enfermeros y guías que habían descendido en busca de la mujer. Los dos miembros de la Gendarmerie Royale que acompañaban al grupo de españoles estuvieron informando a su Comandancia desde el collado donde seguían el operativo de rescate, para activar un helicóptero de rescate.

La caída de 3.980 a 2.800 metros era asombrosa. El equipo no disponía de más medios para seguir bajando con seguridad. Por otro lado, la Guardia Civil no había encontrado ni un solo rastro de Katherina: ni sangre, ni ropa, ni material de montaña de la chica; sólo los indicios de la nieve removida durante la caída. Por ello, y dado el riesgo que se estaba corriendo, se planteó un acceso por el valle para intentar localizar a Katherina a la mañana siguiente. Los guías marroquís y la Gendarmerie Royale organizaron el rescate que terminó con final feliz.



La montañera había caído casi mil metros sobre una “alfombra” o “plancha” de nieve, la placa que conformaba la cornisa que se había desprendido, resbalando por los corredores y saltando los resaltes. Iba bien abrigada y pudo hacerse una cueva de nieve donde pasó la noche. Al día siguiente, por la tarde, fue localizada por el equipo de socorro marroquí. Presentaba una fractura - luxación de la cadera derecha, hipotermia leve y magulladuras.


















Sin desmerecer la entrega y persistencia del guía marroquí para con esta accidentada, el vídeo que hizo él mismo es para aprender a cómo NO debe evacuarse a un paciente por una pendiente de nieve. con una fractura o luxación de cadera. 





La intervención de los especialistas de la Guardia Civil de Montaña  fue decisiva para la localización de la víctima. La participación de los médicos y enfermeros del Master MUMMI fue un ejemplo práctico de los objetivos que se persiguen con este estudio oficial de postgrado que se imparte en la Universidad Camilo José Cela. El teniene Saidi, de la Gendarmerie Royale nos ha dicho: “Votre action avait une grande importance pour trouver la femme! J’ai trop apprécié le soutien et l’engagement de tout les éléments pour cette mission”.

En este vídeo se ve la zona y la intervención del helicóptero de la Gendarmerie Royale -no apto para el rescate en montaña-, pero que permitió aproximar una camilla y más efectivos.




El MUMMI, continuó con posterioridad su trabajo docente a más de tres mil metros, con la alegría de haber conseguido la cumbre del Toubkal en condiciones invernales y de haber colaborado en el salvamento de esta alpinista que tuvo a la vez la desgracia de sufrir un grave accidente y, al mismo tiempo, la fortuna de haber salvado su vida.




Los Cursos Universitarios de Especialización de Medicina de Urgencia en Montaña (CUEMUM) los puso en marcha el Dr. José Ramón Morandeira en los años 90 para formar médicos y enfermeros que acompañaran a los profesionales del rescate en montaña, con los objetivos de prestar asistencia médica in situ a los accidentados, disminuir la mortalidad y las secuelas que presentan estos pacientes, además de proporcionar la analgesia suficiente sobre el terreno. Para ello, estos sanitarios han de poder llegar hasta el accidentado en montaña con seguridad, saber hacer medicina de urgencia en medio difícil, aislado y hostil, y ser capaces de colaborar con los equipos de rescate, como bien han demostrado en este caso. Los CUEMUM, desde 2016, se imparten en la Universidad Camilo José Cela, dentro del Máster Oficial de Urgencias en Montaña y Medios Inhóspitos (MUMMI), el primero con reconocimiento en todo el Espacio Europeo de Educación Superior y que cuenta con los avales de la CISA (Comisión Internacional de Socorro Alpino), la UIAA (Unión Internacional de Asociaciones Alpinas), la ISMM (Sociedad Internacional de Medicina de montaña) y la SEMAM (Sociedad Española de Medicina y Auxilio en Montaña).