miércoles, 25 de mayo de 2016

DESARROLLO SOSTENIBLE EN LAS MONTAÑAS DE NEPAL DESPUES DE LOS TERREMOTOS (II)



El convenio que la Asociación de Medicina de Montaña José Ramón Morandeira (CUEMUM) ha firmado con el Tsum Welfare Committee (TWC) ha permitido poner en marcha un proyecto ambicioso de desarrollo local y sostenibilidad económico-cultural en el Tsum Valley, que se extiende entre los 2.240 y los 4.560 metros de altitud:

   1.- Educación
 La educación es prioritaria para el desarrollo, por lo que se pretende consolidar la permanencia en el valle tanto de estudiantes como de profesores. El objetivo es ayudar a construir un mínimo entorno de enseñanza-aprendizaje del que ahora mismo carecen. Muchos niños se ven obligados a dejar su pueblo y su familia antes de los seis años sin que tengan la oportunidad de conservar su cultura y raíces. Se ha terminado de construir una escuela-residencia, pero falta equiparla.




2.- Sanidad
No es difícil imaginar qué pasa cuando no hay ningún hospital en un lugar remoto como el Tsum Valley. Muchas personas mueren por enfermedades menores ya que no hay personal sanitario ni medicinas. La vida de las mujeres embarazadas están siempre en riesgo, sobre todo en el momento del parto. Como la localidad con tráfico rodado más próxima está a cinco-siete días de trekking, una persona enferma no puede ni plantearse llegar a un hospital. Son los Lamas y Chamanes los que administran tratamientos ancestrales. Hemos planteado la construcción de un pequeño centro medico con 2-3 camas, que sera atendido por medicos y enfermeros CUEMUM mientras financiamos la formación de personal local. 

 3.- Regadío y energía
 Los habitantes viven de una agricultura de subsistencia; son necesarios de 7 a 8 meses para cosechar. Pretendemos mejorar la tecnología de los cultivos, principalmente a través de una red de regadío y mini-centrales eléctricas aprovechando el Shiar Khola (el río del valle) que está infrautilizado debido a la falta de tecnología y de infraestructuras. Hemos empezado con la distribución de herramientas y ayuda económica para algunas máquinas para mejorar las condiciones de explotación agrícola, como una bomba de agua (en Nyile) o una niveladora (Paling).

           4.- Economía local
Dadas las limitaciones a las que se enfrentan las nuevas generaciones, los nativos dependen ahora de la recolección de plantas medicinales, lo que ha generado una sobre-explotación de los recursos naturales. Además, como estas plantas se comercializan desde Tibet y China, pero en Nepal no hay una red de mercado ni centros procesadores de estas plantas, son unos ingresos a corto plazo para los jóvenes, pero sin ningún tipo de sostenibilidad a medio plazo. Por otro lado, esto hace que los jóvenes carezcan de interés por las actividades agrícolas tradicionales y la artesanía propia de su etnia, que se están perdiendo.
El TWC ha estado trabajando para promocionar el valle entre los turistas y la concienciación cultural que les permita obtener beneficios para la comunidad local. El proyecto piloto ya ha comenzado empleando a los jóvenes como guías en el valle junto con el proyecto de "permanencia en el hogar" (alojar a los turistas en las propias viviendas). El TWC ejerce de empleador y les cobra un 15% de los ingresos que genera su trabajo para financiar proyectos comunitarios.





         5.- Desarrollo de las infraestructuras turísticas
Hacen falta infraestructuras turísticas (casas de té, hoteles y albergues) para atender las necesidades de los visitantes. Como el turismo es estacional y escaso, los vecinos invierten poco en estas infraestructuras. El programa de “permanencia en el hogar” consiste en mejorar las viviendas para que puedan alojarse los turistas, lo que da la oportunidad de mejorar la economía familiar, además de mejora de las viviendas.

         6.- Alojamientos
La gente tienen casas modestas donde vivir y guardar su ganado, pero las construcciones no son eficientes desde el punto de vista energético ya que carecen de cualquier tipo de aislante.  También es necesario cambiar el diseño de los edificios, para hacerlos saludables.




         7.- Conservación de la Herencia Cultural
a) Conservar las paredes Mani:
Estos muros de lajas talladas con mantras son el rasgo arquitectónico de Tsum, pero también los Kaanis (puertas con tejadillo o arcos cuyo interior está decorado con pinturas religiosas), Chortens, Mani lokors (las ruedas de oración) y Chhakang. Tienen un papel importante en las actividades religiosas y son señales o marcas sociales especiales que remontan al siglo XII.
b) Renovar los monasterios locales y las cuevas de meditación:
Debido a la falta de financiación y soporte técnico, los monasterios locales se degradan. El cuidado y la atención que prestan los Konger (los guardianes) no es bastante ya que los edificios son muy viejos y el deterioro es evidente. Por ello es necesario el apoyo económico y técnico para su mejora.
c) Entrenar y educar las habilidades:
Para conservar siglos de conocimientos y habilidades autóctonas, la formación es muy importante para que las generaciones jóvenes no olviden todo este activo cultural. Es necesario el apoyo a los pocos Tsumba con habilidades tradicionales que puedan formar a los jóvenes en la medicina a través de las plantas (Aamchi), la astronomía, la astrología, thangka (las pinturas), la escultura, y las tejedoras locales.




Evidentemente, el proyecto es muy ambicioso y hemos de  establecer prioridades para ir haciendo de acuerdo con el presupuesto que seamos capaces de generar. Como aragoneses, conocemos bien lo que significa la despoblación de la montaña, por ello, hemos trasladado a los agentes locales nuestra experiencia de lo que ha significado el desarrollo del turismo de montaña en Aragón para la economía local, pero también todos los errores cometidos en los últimos 60 años. Para que la gente de la montaña se quede en la montaña, ha de tener educación, sanidad y trabajo. Por supuesto que los jóvenes han de desplazarse a las grandes ciudades a estudiar y formarse como profesionales, pero después de haber creado raíces en la propia tierra, para tener un motivo por el que volver y luchar. Por otro lado, la economía no debe basarse únicamente en una sola actividad, apoyarse sólo en el turismo es un error demostrado; el atractivo de la montaña son sus campos, su ganadería, sus cultivos. Si esto se pierde, la montaña se “malmete”; pero claro, no podemos pretender que la gente trabaje la tierra como si fueran animales, hay que disponer de medios para optimizar el esfuerzo y mejorar el rendimiento.  Por ello, lo recomendable es combinar turismo con agricultura-ganadería, aprovechamiento de los recursos naturales (miel, setas, frutos del bosque, plantas medicinales, agua embotellada, etc.) y artesanía. Otro aspecto importante es conservar las costumbres y la cultura local, más aún entre colectivos y etnias muy minoritarias, como es el caso de los Tsumbas, muchos de ellos refugiados tibetanos de segunda y tercera generación. Financiar la restauración de monasteries y símbolos religiosos es conserver la cultura y las raíces de un pueblo. Y, desde luego, los valles de montaña deben de contar con colegios, institutos y centros médicos capaces de asumir in situ cualquier urgencia que se presente, además de cuidar de la salud de sus habitantes. En estas condiciones, sí puede conservarse la montaña y los montañeses, sin duda alguna, especie en extinción.






En definitiva, y como dice el Dalai Lama, lo que pretendemos es dar a los montañeses de Nepal: “Alas para volar, raíces para volver y motivos para quedarse”.




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