martes, 10 de noviembre de 2015

GUARDIAS CIVILES DE MONTAÑA Y SOLIDARIOS



Cuando el Duque de Ahumada creó la Guardia Civil allá por 1844, lo hizo para que este Cuerpo sirviera a España y los españoles, conservando el orden público y protegiendo a las personas y las propiedades, independientemente de la forma política que el país adoptara. El término "guardia" proviene del gótico wardia y antiguo alemán warten, que significa guardar o vigilar; "civil" proviene del latín civilis, que significa ciudadano.

José Ramón Morandeira recibió la Medalla de Plata de la Orden del Mérito de la Guardia Civil por los años dedicados a trabajar por el rescate en montaña, tanto por su profesionalización como por la medicalización de los grupos de rescate; medalla que siempre lució con orgullo, a pesar de que no presumió nunca de ella, pero sí de poder llevar el tricornio. Defendió siempre a la Guardia Civil por su profesionalidad, dedicación y entrega a la misión que tienen encomendada (y eso que en sus años mozos tuvo algún que otro altercado reseñable). En su conferencia "Guardia Civil: de demonios a ángeles de la guarda" le gustaba recordar las palabras de Arturo Perez Reverte sobre la Benemérita:

La vieja receta de Picolandia: 
aprender rápido, 
trabajar más que nadie, 
no quejarse nunca y ser voluntarios para todo. 
Y por supuesto, tragar mierda hasta reventar. 

La moral, honradez y seriedad que caracteriza a la Guardia Civil, es lo que nos ha hecho contar con Paco, Pedro y Salva en el proyecto MONTAÑAS DE ILUSIÓN. Además, Paco y Pedro son especialistas de rescate en montaña con una trayectoria a sus espaldas digna de medallas y reconocimientos, a lo que debemos añadir que estuvieron en el valle de Langtang una semana después del terremoto; o sea, que conocen el terreno en el que nos movemos. Entre Pedro y Paco deben sumar más de 60 años de servicio, entrega y abnegación al Cuerpo, y una experiencia en montaña de gran ayuda para los objetivos de MONTAÑAS DE ILUSIÓN. Por lo que desde la Asociación José Ramón Morandeira pensamos que este proyecto podía enriquecerse si la Guardia Civil autorizaba a algunos de sus efectivos a participar en esta misión humanitaria, por lo que no dudamos en enviar una propuesta a la Dirección General de la Guardia Civil.


El humanitarismo impulsa en desastres naturales o conflictos bélicos, a aliviar el sufrimiento de los demás, a salvar vidas, a promover la dignidad humana. Aspectos todos ellos bien conocidos por la Guardia Civil. A Pedro, Paco y Salva hay que decirles muy pocas cosas; conocen bien sus funciones, son parte del grupo, se anticipan a las necesidades y son resolutivos.





Y el karma, el azar, los astros o la simple casualidad, han hecho que coincidamos en el tiempo y lugar con los GUARDIAS CIVILES SOLIDARIOS, (http://www.guardiascivilessolidarios.es) que llevan ayuda humanitaria hasta el lugar del incidente. Han participado en Kosovo, Haití, Filipinas, Lorca, colaboran con otras ONGs llevando ropa y alimentos a los más necesitados y ahora han venido a Nepal para entregar al Comité de Reconstrucción del Valle del Langtang mantas y ollas exprés para las 116 familias que se han quedado sin hogar. Poder estar con los guardias solidarios y colaborar con ellos en esta misión ha sido un orgullo.






Encontrarse a 8.000 km de casa, rodeados de nueve guardias civiles, da mucha tranquilidad; ya no por aquello de poder decir "a mi, la Guardia Civil", que también, sino porque lo que más nos produce es satisfacción de saber que la calidad humana de los miembros de la Guardia Civil traspasa fronteras y llega allí donde más se necesita.






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